El personal de carreteras en esta época está normalmente dedicado a la poda y corta de vegetación que puede afectar al tránsito de las carreteras provinciales. Con estas operaciones se trata de conseguir varios fines: el primero de ellos, mejorar la visibilidad de los recorridos; también evitar la caída de ramas a las calzadas y permitir el paso de vehículos en condiciones seguras, sobre todo de los más voluminosos: camiones y autobuses. También se actúa para eliminar zonas de umbría que pueden a la postre conllevar la aparición de placas de hielo.

Las labores que se realizan son generalmente de poda, aunque también se pueden llevar a cabo talas de ejemplares si inciden en la seguridad de la vía. Todo ello contando con la preceptiva autorización de los órganos competentes en la materia. Pero, además, con los desbroces que se realizan en las zonas aledañas a las vías se consigue mejorar el campo de visión de los conductores ante posibles cruces de fauna.

En estos momentos hay dedicados a estas tareas de poda, tala o desbroce entre 35 y 40 trabadores adscritos al servicio de Infraestructuras y Obras, que utilizan recursos propios y que las continuarán hasta que comience la temporada de bacheo.

Las actuaciones están localizadas en puntos concretos de la red provincial de carreteras. En estos días se interviene en nueve puntos diferentes: en la carretera que une la Nacional 603 hasta la entrada del Palacio de Riofrio; la que va de Pedraza a Arcones; de Pedraza a La Velilla y de La Velilla a Pajares; el tramo que discurre entre Pajares y Rebollo y de Rebollo a Arevalillo del Cega; de Jemenuño a Muñopedro y de Sebúlcor a Villaseca.

Estas labores están contempladas en la partida que la Diputación Provincial destina a la conservación de sus carreteras y que para este 2018 incluye actuaciones que alcanzan los 763.000 euros.