Defender, proteger y conservar el rico patrimonio natural de nuestro pueblo debe ser uno de los principales objetivos, tanto de las autoridades municipales, como de los habitantes de Navas de Oro, así como de las autoridades competentes, ya sean autonómicas provinciales o estatales. El valle del río Eresma, la estepa cerealista, los viñedos, el pinar y las lagunas, constituyen un valioso patrimonio ecológico del que hemos de estar orgullosos todos los que vivimos y sentimos este pueblo.

Navas de Oro cuenta en su límite sur con el valle que forma el río Eresma. Este río marca la separación entre los términos municipales de Navas de Oro y Nava de la Asunción. El valle abarca varios kilómetros pasando en una de sus partes más impresionantes justo por el límite del casco urbano. La parte más cercana al pueblo se conoce como Escarpías. Existen diversas zonas a lo largo de todo el paso del río con paisajes asombrosos y vistas incomparables. El río es ideal para realizar actividades de paseo, pesca, reuniones familiares y de amigos, ciclismo, senderismo o escalada.

En su mayor parte pino resinero o negral (pinus pinaster), con algunas poblaciones de pinos albares o piñoneros. El 65% del término es masa forestal.

Mucho se ha hablado sobre el origen de los montes de la llamada Tierra de Pinares y de su vegetación autóctona. Lo cierto, es que estos montes son nombrados con esta especie de árboles desde tiempos remotos, existiendo abundante documentación sobre ellos y del régimen de su aprovechamiento.

Ya a principios del siglo XIII, se da noticia en nuestro término de la existencia de pinares en los mismos lugares que siguen existiendo hoy.

Tres lagunas catalogadas

Las 3 lagunas declaradas zonas húmedas de interés especial que pertenecen a Navas de Oro son las de: Pero Rubio, De La Magdalena y De La Vega. Son puntos de paso de aves migratorias y su población de aves ha crecido en los últimos años. Estas lagunas son esteparias, ocupan zonas bajas del terreno que se inunda en épocas de mucha lluvia, tienen poca profundidad y su extensión depende de la cantidad de precipitaciones. Pero también parece que otras deben

su origen a que, hasta hace unos pocos años, los habitantes del pueblo extraían barro para fabricar adobes, bien para venderlos o, para uso propio. De la extracción de este barro se han originado pequeñas superficies excavadas en el suelo, que en épocas de lluvia se inundan debido a la cantidad de agua que soportan.

Existen más lagunas y bodones en el término: La Requijada, Pellejos, Pozo Airón, Regonzalo, Las Parras o La Tajuela.